jueves, 27 de octubre de 2011

LAS AVENTURAS DE LOS CUATRO CERDITOS: Lío en el partido de fútbol.

LAS AVENTURAS DE LOS CUATRO CERDITOS:
Lío en el partido de fútbol.

Érase una vez, cuatro cerditos que vivían en “El Retiro”, en Madrid.
El pequeño tenía 3 años, se llamaba Paco y le gustaba revolcarse en el barro.
La siguiente tenía 7, se llamaba Laurita y le gustaba jugar con Paco.
Ángel era el siguiente hermano, tenía 11 años y le gustaba pasear por el bosque y ver animales.
El más mayor de todos los hermanos tenía 15 años, se llamaba Leo y le gustaba jugar al fútbol.



Un día, se fueron de viaje a Bárcena de Cicero y allí visitaron el colegio Flavio San Román en donde se pusieron a estudiar, pero como se aburrían tanto, se fueron a Barcelona a visitar el Camp Nou y se compraron las entradas para ver el Barça-Racing.

Entonces, durante el partido, Laurita vio al Lobo Feroz que se llamaba Don José, y avisó a sus hermanos. Pero no la pudieron oír porque habían metido un gol y estaba todo el mundo aplaudiendo y Laurita se fue sola a investigar lo que tramaba Don José.

El lobo estaba intentando coger el balón para hacer un saco en el que meter a los cerditos. En el descanso del partido consiguió coger el balón y, muy rápido, hizo el saco.



En la segunda parte del partido, los cerditos habían comprado hamburguesas y refrescos y no oían a Laurita avisarles del plan de Don José.
Laurita, harta de sus hermanos, cogió un megáfono y les gritó lo que estaba pasando. Pero el lobo lo escuchó y se tapó con la capucha de la chaqueta para disimular y como no le encontraban, los hermanos siguieron viendo el partido tranquilamente.
De repente, alguien cogió a Leo por la espalda y desapareció en un abrir y cerrar de ojos.



Entonces los hermanos se dieron cuenta de que era verdad y se fueron a buscar a Don José y dijeron a Laurita: “Tenías razón, te teníamos que haber creído”.

Los hermanos arrinconaron al lobo en la portería justo cuando Messi chutaba a puerta y como la red estaba suelta, el balón salió por los aires y dio al lobo en toda la cara.



Deprisa, liberaron a Leo, fueron al aeropuerto y cogieron un avión hacia El Retiro en donde, de mayores, Leo se fue a vivir a Barcelona y los demás tuvieron que construir cada uno su propia casa… Pero ese es otro cuento que ahora no os cuento porque este cuento se ha acabado.

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