Un día una cosa gris plata que no tenía nombre se la encontraron dos señores jóvenes, muy muy jóvenes. Esa cosa tenía forma de mariposa y una bisagra.
A los señores requetejóvenes les dio pena. La adoptaron y la pusieron de nombre "Maricierra".
La Maricierra no se separaba de los dueños porque tenía miedo de la cantidad de pájaros que pasaban por la calle. Y también de la cantidad de gente que pasaba.
La Maricierra tenía miedo a esas personas extrañas que pasaban y a los pájaros de la calle, pero no tenía miedo de sus dueños porque eran dos personas muy amables.
La Maricierra estaba aprendiendo mucho: cómo ayudar a limpiar, a echar la comida...
La Maricierra era educada y muy buena. Era la mejor clase de mariposa que hay.
Los dueños la habían educado muy bien y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario