LAS AVENTURAS DE PURPURINA Y MARIPOSA - Capítulo 8
Llegó el fin de semana y después de tantos festejos, la Mariposa soñaba volver a sus campos de amapolas y margaritas. Recuerda en su niñez cuando iban en flor y se pintaba la cara con los colores de la naturaleza. Purpurina era más risueña, recordaba cómo su papá le hacía cosquillas cuando se despertaba y luego su mamá le traía un gran plato de leche de vaca. Mariposa y Purpurina querían que llegasen las vacaciones y poder ir a hacer lo que más les gusta: volar mucho y comer todo el día. También quieren estar con su familia y olvidarse un poco de los estudios.
La mañana del domingo fueron a la playa juntos, Purpurina con su bañador a rayas y Mariposa con un bikini rosa, que era muy bonito y llamaba la atención de toda la gente.
Entonces, vino una ola y se mojaron las dos, lo cual al tener las alas mojadas no podían volar. Se tumbaron al sol para secarlas y se pusieron muy morenas.
Cuando llegaron a casa, estaban tostadas como una rebanada de pan en la tostadora, y no podían aletear, ya que les dolía todo el cuerpo.
ASIER
FIN
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